viernes, 23 de septiembre de 2011

Bailemos un rato


Let's dance in style, lets dance for a while
heaven can wait we're only watching the skies
hoping for the best but expecting the worst
are you going to drop the bomb or not?
let us die young or let us live forever
we don't have the power but we never say never
sitting in a sandpit, life is a short trip
the music's for the sad men
can you imagine when this race is won
turn our golden faces into the sun
praising our leaders we're getting in tune
the music's played by the madmen
forever young, i want to be forever young
do you really want to live forever, forever and ever
some are like water, some are like the heat
some are a melody and some are the beat
sooner or later they all will be gone
why don't they stay young
it's so hard to get old without a cause
i don't want to perish like a fading horse
youth is like diamonds in the sun
and dimonds are forever
so many adventures couldn't happen today
so many songs we forgot to play
so many dreams are swinging out of the blue
we let them come true

Nena, ¿Parpadeas en Illescas?



Ella observa la puesta del sol deslizarse fuera de la vista 
Señala las lilas en flor 
Sus ojos se llenaron de asombro 
y mis ojos hacen lo mismo sólo mirar su cara Ahora, 
¿cómo he llegado hasta aquí? 
¿Qué he hecho yo para merecer esto? 
he estado bañado por la gracia
 Es una noche hermosa
Es un día glorioso cuando estoy mirando su cara 
voy a cerrar las cortinas
para mantener a la noche en la mañana 
está llegando demasiado pronto pero ella sigue durmiendo 
Y yo, todavía estoy despierto sólo mirando su rostro Ahora, 
¿cómo he llegado hasta aquí?
 ¿Qué he hecho yo para merecer esto? 
me ha colmado de gracia
 Es una noche hermosa
 Es un día glorioso 
Más que belleza
 El algo dentro de lo que veo en su cara, brilla en sus ojos
 Todo lo que quiero para el resto de mi vida 
todas las noches que duermo
 todas las mañanas me despierto 
miro su cara Ahora,
 ¿cómo he llegado hasta aquí? 
¿Qué he hecho yo para merecer esto? 
me ha colmado de gracia
Es hermoso
 la noche es un día glorioso cuando estoy mirando su cara
Es una noche hermosa 
Es un día glorioso cuando estoy mirando su cara
 Es una noche hermosa
 Es un día glorioso cuando estoy mirando su cara

jueves, 22 de septiembre de 2011

Momentos

Miro a derecha e izquierda, después cruzo la calle velozmente arrastrándola conmigo y ella corre, casi tropieza, arrancando las sandalias al asfalto caliente. Dejamos atrás el mar, la calle, para ir arriba, entre las dunas. Y correr aún más hacia el interior. Luego, cerca de un camping de turistas extranjeros, nos paramos. Allí, escondidos entre la maleza baja, entre el verde seco, sobre la arena casi enrarecida, bajo un sol mirón, me tumbo sobre su pareo. Ahora estamos en el suelo. Y ella se pone encima de mí, sin el bañador, mía. Y con el calor, gotas de sudor resbalan llevadas por regueros de cabellos rubio ceniza, perdiéndose en la barriga ya bronceada, más hacia abajo, entre sus rizos más oscuros y aún más abajo, entre los míos... Y ese dulce placer, el nuestro. Babi se mueve sobre mí, arriba y abajo, lentamente, feliz de ser amada. Hermosa con toda esa luz. Menta. Naranja. Menta. Naranja. Menta... Naranjaaa... Basta. Estoy fuera. De los recuerdos. Del pasado. Pero también estoy perdido. Antes o después las cosas que has dejado atrás te alcanzan. Y las cosas más estúpidas, cuando estás enamorado, las recuerdas como las más bonitas. Porque su simplicidad no tiene comparación. Y me dan ganas de gritar. En este silencio que hace daño. Basta. Déjame. Ponlo todo de nuevo en su sitio. Así. Cierra. Doble vuelta de llave. En el fondo del corazón, allí, en aquella esquina. En aquel jardín. Algunas flores, un poco de sombra y después dolor. Ponlos allí, bien escondidos, te lo ruego, donde no duelan, donde nadie pueda verlos. Donde tú no los puedas ver. Eso. Otra vez enterrados. Ahora está mejor. Mucho mejor. Y me alejo del hotel. Y conduzco despacio. Via Pinciana, via Paisiello, recto hacia Piazza Euclide. No hay nadie en la calle. Un coche de la policía está parado delante de la embajada. Uno duerme; el otro lee quién sabe qué. Acelero. Paso el semáforo y después bajo por vía Antonelli. Noto cómo el viento fresco me acaricia. Cierro los ojos un instante y creo que estoy volando. Respiro hondo. Bonito.