Si te despiertas de repente en un cuerpo de hormiga, sólo cabe una reacción normal: No te lo crees.
En vez de creerlo, intenté reconstruir lo que había ocurrido: me había caído en la cabeza un ridículo lavabo ruso, luego había visto la luz, pero me había catapultado fuera. Eso significaba: aún estaba viva. Seguro que me había fracturado el cráneo. Sí, ¡eso tenía que ser! Seguramente estaba en coma y en algún momento oiría voces,
Pero..., si estaba en coma, ¿por qué mi cerebro imaginaba que era una hormiga? ¿Tenía que ver con algún trauma infantil? Y si era así: qué estrambótico tiene que ser un trauma infantil para que luego, estando en coma, te consideres una hormiga...
[...]
-Nina, tienes una hormiga en el pastel.
Pero Nina no reaccionó a tiempo y fui a parar a su boca junto con el pastel.
Morir deglutida por Nina fue aún más tonto que morir aplastada por el lavabo de una estación espacial.
Mi vida volvió a pasar ante mi ojo espiritual (también las hormigas tienen sólo uno). Pero esta vez fue mi triste existencia como hormiga:
El encuentro con Buda,
Los improperios de Krttx,
La visión del grandioso hormiguero,
La brutal paliza al reencarnado,
La telaraña,
La pelota de goma naranja,
El intento de Nina de ocupar mi lugar en la familia...
Cuando ves una vida como ésa no te entristece morir.
Vi de nuevo la luz.
Cada vez más clara.
Era maravillosa.
Me envolvía.
Más dulce que la última vez.
Más cálida aún.
Más amorosa.
La abracé y me fundí en ella.
Me sentía tan bien.
Tan protegida.
Tan feliz.
La pesadilla había acabado.
Durante dos segundos.
Luego volví a ser una hormiga.
Me encontraba en otro cuerpo, más pequeño y ágil, ¡pero volvía ser una puta hormiga!
Regresa a un destino de hormiga, no alcances la paz interior y ¡siéntete más frustrada que nunca!
-Hola -oí que susurraba la voz dulce de Buda.
Me di la vuelta. De nuevo me encontraba en el túnel subterráneo donde había despertado la última vez. Y esta vez también me sonreía un Buda-hormiga increíblemente gordo. Parecía muy contento consigo mismo, con el mundo, con todo el universo. Totalmente al contrario que yo.
-¡TENEMOS... QUE... HABLAR! -exigí sulfurada.
David Safier.
●*●๋• Cαlouяiηhα ●๋•*●
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